miércoles, 16 de noviembre de 2011

LA CIUDAD


Diréis que soy una pesada, porque escribo siempre de lo mismo, pero es lo que me a mi me sucede, puede que os parezca aburrido, cursi, no sé, cuantas cosas más, pero es que mi blog, esta pensado como una especie de diario personal donde escribo mis pensamientos, estados, situaciones...También podría hablar del último articulo leído el domingo en el País, sobre Noruega, que me encantó, y que hoy comentandoselo mientras comíamos a Antonio, me ha dicho podríamos emigrar allí? Yo le he confirmado que no, que nosotros los de España solo podemos emigrar al Sur, que es el único lugar donde nuestras exiguas pensiones, los que las tengan, no es mi caso, les pueden permitir vivir un poco mejor que aquí...

Bueno lo de la ciudad viene porque hoy en mi paseo, no sé porque me he ido por el camino del rio, cuando he llegado abajo, que no sé como no me he caído aún con la muleta, ya no se veía, solo se oía el azud del rio y se olía a ese olor tan característico de la tierra con las hojas húmedas...Luego al pasar por casa del primo de Antonio, ha coincidido que él estaba mirando por la ventana, y yo he levantado la muleta en señal de saludo, y él me lo ha devuelto, me ha conocido, me imagino que es porque nadie más pasea a esas horas, habrá dicho ahí va la mujer de mi primo...vaya pintas, con un chaquetón precioso azulón, y las botas y la muleta...jajaja

Lo del título, la ciudad, viene porque tengo un temor, bueno, dos, el de que Antonio, no se adapte a vivir en la ciudad, es un hombre de lugares solitarios y tranquilos. Yo le he enseñado el barrio donde he nacido y me he criado, Las Delicias, y donde vivían mis dos familias de abuelos, La Ciudad Jardín, los que seáis de Zaragoza, ya sabéis que lugar tan fantástico, un pueblo dentro de una ciudad, los que no, imaginaos todo casitas con jardín, en calles tranquilas, llenas de arboles, alrededor de una Plaza, un sitio único. Lástima que la casa del abuelo ya no este en la familia...y ahora comprar una es prohibitiva... a Antonio le gusta mucho esa zona, y también le gusta donde vivíamos antes, enfrente del Parque de las Delicias, antes Manicomio, ya sabeis donde no? Ver desde las ventanas del piso de una ciudad un parque y sus cambios de estación, es maravilloso. Oír los ruidos de los niños jugando, ver la gente pasear, los perros, todo invita a sentirte un poco menos en el asfalto y más en la naturaleza, pero mis padres vendieron el piso y se mudaron a otra parte del barrio, más moderna, al lado de la Pza. De la Ciudadanía, toda vida, llamado el Paso a Nivel...por lo de las vías del tren, ahora esta a 5 minutos de esa Obra maravillosa que nos legaron los árabes, La Aljaferia, un lugar ahora recuperado y bonito para pasear.

Pero las ventanas del piso se parecen a la película de Hitchcock, “La ventana Indiscreta”, dan a un patio interior muy soleado y tranquilo, pero desde donde no se ve la naturaleza. Pensar vender el piso y comprar otro en otra zona sería una solución, pero mejor no intentarlo, porque tengo vecinos, que ya no saben cuanto bajar el piso, con garaje y calefacción...

Ahora cuando vayamos más días quiero enseñarle otros lugares de mi querida Ciudad, el Barrio del Gancho, de donde procedía la familia de mi madre y fueron todos bautizados en su preciosa Iglesia, la de San Pablo, o como es conocida popularmente, la Del Gancho.

Quiero llevarlo a la Pza. Santa Marta un domingo por la mañana, y sentarnos en una mesa a ver pasar la vida.

Quiero que vea la Pza. De Los Sitios, un lugar que a mi particularmente me gusta mucho, quizá porque se encuentra el Museo que tantas y tantas veces he visitado.

Hay tantos y tantos lugares que quiero que vea a través de mis ojos...pero no sé si serán suficientes para que no sienta añoranza de este, su lugar, Albarracín. Yo sé que nada sustituirá su querida Ciudad.

Yo no estoy tan apegada a ningún sitio, por motivos familiares, he vivido en 5 lugares distintos en 20 años, lugares, pueblos todos ellos pequeños. Pero tengo una gran capacidad de adaptación al lugar donde vivo, eso sí, en cada uno de ellos he llevado mis cosas, muebles, libros, fotos, todo, me gusta sentirme en casa, fuera puede ser cualquier sitio, pero dentro es solo mio, es el hogar que he creado, en todos los sitios que he vivido.

Sé que ocurrirá lo mismo con Zaragoza, haré un lugar para vivir acogedor, hogareño, cálido..., pero también me embarga un temor, aunque mucho más pequeño que el de Antonio, y es el que he idealizado mucho, quizá demasiado, mi ciudad, Zaragoza, tengo que pensar que hace más de 30 años que no vivo allí, voy regularmente, pero no vivo.

Todo ha cambiado, el lugar en el que tenemos el piso, los vecinos, amigos que no veo y que ahora ya no podré recuperar porque no tenemos nada en común...

No sé si las distancias de la ciudad podré llevarlas bien, con mi minusvalía, me canso mucho, no puedo coger el trasporte público sola.

No sé si no llegará a agobiarme a mí también, el haber vivido tantos años fuera , y ahora la vea, una vez dentro de ella, como algo solitaria, inhóspita, impersonal...

Ahora en este momento de mi vida, no puedo elegir, voy a cuidar de mi madre, lo que pueda, yo que no puedo mucho, pero mi padre se fue...y yo quiero que mi madre no se sienta tan sola, ahora, sinceramente es lo único que me impulsa a irme a vivir allí, el querer hacer lo que no pude por mi padre.

Una vez allí, cuando sea, ya os iré contando...



P.D.- Aquellos que tengáis curiosidad por saber algo más sobre la Historia del Barrio del Gancho os pongo, este enlace:

2 comentarios:

Yasenka dijo...

Vuestra llegada a Zaragoza, será pefecta, y haremos de esta ciudad ese pueblo acogedor donde vivir!! y buscaremos en paseos por la ribera, esa tranquilidad que no te dejaré añorar!! Os esperamos, a Antonio, a Ibon y a tí!!!

Rai dijo...

Querida prima tu sabes como bien describes que esa ciudad esta en tu recuerdo, ya no es esa, se ha hecho muy grande y ya es esa ciudad en la que te sientes solo. Lo que queda son trozitos del barrio que a veces te recuerda a un pueblo pero que esta lleno de embajadores de otros paises. Besicos