sábado, 13 de diciembre de 2014

LA NAVIDAD




Cuando llegan estas fechas, hay en mí una especie de desasosiego. No me gustan estas fiestas, no me gustan desde que he crecido, no me gustan desde que sé que los reyes magos no existen, no me gustan desde que sé que las familias no son tal, no me gustan desde que papá se fue...él que tanto le gustaban las fiestas.

Hay una excepción, cuando mis hijos han sido pequeños, entonces he sucumbido a todo, paseos, luces, árboles, belén, carta a su majestades, fotos... todo. Pero ya no es así, crecen y la “magia” se va con la edad.

No obstante todos los años adorno la casa con pequeños detalles, ángeles y estrellas, los primeros están siempre presentes, y un nacimiento comprado hace muuuchos años en un viaje a Venecia, luego pequeños regalos, cositas que encuentras como por casualidad, llegan a tus manos y te las llevas. Nada de gran valor pero soy una sentimental y tienen ese valor para mí.

De todas esas cosas, tengo un pequeño árbol de papel maché que desde que era pequeña veía en una joyería de mi barrio, me gustaba, me atraía...y hace unos años, la tienda cerraba y entré, compré algunas cosas y ya me iba cuando me volví y pregunté pensando que la señora iba a pensar que no estaba bien de la cabeza, por el árbol que siempre adornaba el escaparate...La señora, para sorpresa mía me dijo que sí, que lo tenía dentro, que no tenía ningún valor, que si lo quería me lo daba...le dije que para mí tenía el recuerdo de muchas navidades pegada al escaparate, pero que me pusiera un precio, nada, me lo llevé a casa, le dí las gracias muy agradecida y aquí esta!!! cuando lo miro vuelvo a ser esa niña con coletas que miraba la magia de sus estrellas.

Hoy cuando he comentado esta historia, me han dicho que parece un gran pastel de merengue, no me había dado cuenta, pero es verdad!!! y curiosamente me encanta el merengue como a mi padre, el cual me lo compraba a escondidas de mi madre porque me quitaba la gana de comer. El mejor regalo de dulce para él era un merengue, siempre que como alguno, cada vez, menos, siempre me acuerdo de ti, querido papá.

Este año por muchos motivos, me negaba a adornar la casa...Mi madre me dijo que comprara una flor de Pascua para poner “color” y es lo único que había, pero hablando con Lola, mi amiga-cuñada, en ese orden, porque el primero nunca dejará de serlo y el segundo, no se sabe, me decía que hay que adornar la casa, que lo que nos produce alegría no hay que renunciar, me ha mandado un montón de fotos de su casa y me he decidido, ya esta todo puesto, y mañana por la mañana recorreré alguna tienda para descubrir alguna “sorpresa”.

Le he dado las gracias porque mi madre se ha alegrado, mi hija cuando ha venido también, y yo mientras he desenvuelto las cosicas estaba feliz, y ahora cuando las miro, me alegro de haberlo hecho.

Siempre pienso cuando guardo los adornos, sí podré ponerlos en Diciembre, por eso mismo, porque he podido este año, los he puesto.


sábado, 22 de noviembre de 2014

EL HOSPITAL DE DIA



Hace unos años ya descubrí ese sitio del hospital que pasa desapercibido, ni sabes que existe mientras no tienes que acudir allí.
Me sorprendió la atención y la calidad humana de quienes trabajan allí, en un lugar lleno de dolor, enfermedad y mucha esperanza.

Hace nueve meses que vuelvo a visitarlo mensualmente, ya soy una “habitual” ya me conocen y conozco como funciona el servicio y las personas que tratan de hacerte el tiempo que estas allí, lo más cómodo y más fácil, dentro de lo difícil que es, pero siempre hay que dar las gracias a quién lo hace bien, y todo el personal sanitario del hospital de día, lo merece.

No es un sitio fácil para estar, ves muchas cosas que te marcan y que te duelen. Hay veces que no ves situaciones muy malas, pero otras...como el día de ayer.


Hay dos salas, una pequeña y una grande, te van llamando y te colocas en esos sillones de cuero negro tapados por una sabana...y empieza el ritual, preparan tu medicación, preparada exclusivamente para ti, según tu dolencia. Y así va pasando el tiempo, lento. No consigo leer no puedo, si no pita una máquina pasa otra cosa.

Ayer fui a la sala grande y cuando ya estaba con mi tratamiento entrando en mis venas, a mi lado, un hombre que no tendría sesenta años, empezó a quejarse y su mujer a gritar, la máquina a pitar y todo el personal a correr...Le estaba dando un infarto...segundos de lucha, de inyecciones, de guardar la calma como buenas profesionales y lo digo en femenino porque hasta ahora no he visto a ningún hombre en el Servicio.

Al final lo estabilizaron y se lo llevaron, había sido una angina de pecho. Otros que estaban con el tratamiento dijeron en voz alta sus miedos...miedos a que no los mate la enfermedad si no la medicación...

Mucho miedo y esperanzas lo que he dicho más arriba.

Ayer fue el día completo, no puedo quitarme de la cabeza ni la imagen ni el llanto de una mujer muy joven, de poco más de treinta años, delgada, vestida de negro, con el pelo corto, que no paraba de pasarse la mano por él como extrañando posiblemente una melena más larga, que siguiendo el consejo se había cortado para ir “acostumbrándose”, llegó sola, muy nerviosa, se sentó enfrente de mí y aunque no quieres mirar, lo haces, todos nos miramos, a veces con una mirada lo decimos todo, o un gesto de la boca, todos nos miramos el tratamiento que lleva cada uno...todos diferentes, cuando coincido con los biológicos, estamos hablando de nuestras enfermedades autoinmunes, ayer sin ir más lejos, coincidí con una mujer que pasea a su perro por donde pasea Ibón, y casualmente tenemos la misma enfermedad y el mismo tratamiento, ahora nos une algo más que el paseo con los perricos.

Pero sigo con la chica joven...se sentó y vio como iban colocando bolsas para ponérselas...siete horas le quedaban por delante, siete horas de sentir como entra en sus venas un tratamiento que va a tratar de salvarle la vida. No, se negó a pincharse...gritó y se encerró en el baño...no tienen cerrojo pero la jefa de Servicio dijo que la dejaran...Pasó un buen rato y su llanto, se te clavaba...al final salió y le dijeron que se calmara que era la primera sesión y era normal estar nerviosa y con miedo...no quería poner el brazo, no quería, se puso el chaquetón y su bolso y cuando se iba le preguntó una enfermera si quería vivir...

Este tratamiento te esta dando una oportunidad, tu has decidido cogerte a esta oportunidad, y has dado tu autorización, si te vas...no tendrás oportunidad, nunca sabrás si podrías haberte curado...

Se lo pensó unos segundos y decidió sentarse en el sillón, sin parar de llorar, la acariciaban varias enfermeras y auxiliares, le tocaban el pelo, le fueron subiendo la manga del jersey, hasta que sin darse cuenta le pusieron un inyección, pienso que un calmante, porque en diez minutos escasos, estaba dormida, tapada con todo el cuidado con una manta y acostada en el sillón, entonces, empezaron a buscarle la vena y el tratamiento empezó a entrar en su cuerpo...

Cuando la enfermera terminó con ella, vino a quitarme la vía a mí, la habitación estaba muda, el miedo se podía palpar, y le pregunté si se acostumbraba una persona a esas situaciones y me dijo que nunca, jamás, las asumen pero que no, que ese llanto la perseguiría mucho tiempo. Que solo les ayuda en ese trabajo, cuando acaban con el tratamiento, pasan los meses, años y vuelven y les dan las gracias y les dicen que están bien. Eso vale la pena, me dijo.

Un reconocimiento a todo ese personal que nos trata con una humanidad y una delicadeza extrema,GRACIAS.

domingo, 16 de noviembre de 2014

LA VIDA ERA ESO...



Ayer recordé este título de la novela de Carmen Amoraga, magnifica, para mí, en la que al final la protagonista se da cuenta que la vida era eso...lo que pasa mientras vivimos, y que en cualquier momento, desaparece sin darnos cuenta.

Ayer por la tarde mi madre sufrió un desvanecimiento, y dada su edad y su estado de salud, el susto fue muy grande, una UVI móvil con cuatro sanitarios volaron en poco más de cinco minutos para atenderla y poder recuperara. Lo consiguieron y nos fuimos las dos con ellos hacía el Clínico, lugar que voy a nombrar mi segunda residencia...

Una vez allí te das cuenta de lo efímero que es todo y de la poca importancia que tiene casi todo, allí estamos un persona acompañando al paciente y con miedo de que nos digan algo que no queremos aceptar ni oír...

Por si fuera poco, se produjo un momento de tensión porque vimos a los “famosos” trajes del Ébola y se puso en marcha el protocolo, pero allí estábamos todos, sin protección, algún enfermo llevaba mascarilla, por supuesto, yo llevaba la mía. Al final fue un susto, Malaria. Pero los nervios durante un rato y la intranquilidad y la inquietud fue grande.

Cuando mi madre se empezaba a recuperar, las dos solas, ella en una camilla y yo en una silla de ruedas porque todo estaba lleno, me dijo que no se había dado cuenta que se iba...que la vida es eso... Y recordé la novela y la frase.

La vida era eso, ni siquiera es, porque cuando acaba y ya no te das cuenta, es, era...mi madre tuvo la suerte de volver y darse cuenta.

Después de varias horas, volvimos en otra ambulancia a casa y ahora aquí esta, como una flor de invernadero, pero en casa, antes estaba sujeta por alfileres y ahora, los doctores dijeron que se le habían roto varios alfileres.

La vida es esto, vivirla mientras podamos, disfrutar de los buenos ratos, porque los malos llegan sin avisar, hacernos la vida más agradable unos a otros, dejar vivir y vivir, poco más.

Anoche, tuve miedo. Un miedo diferente al que siento cuando yo estoy mal, o mi hija, anoche, sentí el escalofrío de quedarme sin ella, mi madre, y recordé lo que sentí al irse mi padre y pensé que con mi madre sería, llegado el caso, más “fácil”, NO, anoche, me sentí más unida a ella que en muchos años, quizá solo he tenido un momento así de íntimo y fue cuando nació mi primer hijo y con él en brazos, mi madre me dijo: cuanto se quieren, verdad, hija mía? Entonces comprendí lo que ella me quería, aunque es una persona que no haya sabido exteriorizar mucho ese amor, lo siente.

Ahora la veo más débil, más dependiente, la siento un poco más alejada de la vida, pero mientras tengamos vida, vamos a vivirla!!!

Es lo que único seguro que tenemos, el momento, porque en un momento, casi pierdo a mi madre, hablando con ella...en casa, tranquila, en su sillón y viendo su programa de televisión.

Esta noche he velado su sueño igual que ella ha velado el mio muchas veces, la vida se da la vuelta y ahora nosotros, los hijos, somos los que cuidamos de ellos, nuestros padres, mi madre poco dada a sentimentalismos, anoche decía que pensaba en los ancianos que viven solos, que si ella hubiera estado sola, quizá no hubiera despertado. Yo la besé y le sonreí.


domingo, 2 de noviembre de 2014

LAS MANOS




Desde que he llegado a Zaragoza, bien sabéis de mis pequeños paseos, y de mis grandes ratos sentada en los bancos de las plazas y paseos que rodean el piso, sin alejarme mucho.

Hay una actitud de las parejas que me llama mucho la atención y es si van de la mano o no.

Es raro la pareja que ves de la mano, cuando la veo, siento que tienen una comunicación especial, no importa los años, si son muy jóvenes, no me vale la referencia...Sobre todo me fijo conforme los años se suman.

Hay especialmente una pareja mayor, ambos con achaques, él va en silla de ruedas y ella lo empuja, van muy arreglados y hacen todos los días que coincido con ellos un ritual que me tiene embobada y me hace creer en el amor.

Cuando llegan al banco, muchas veces el señor se levanta con dificultad de la silla y se sientan juntos en el banco, alejando un poco la silla de ruedas, pero ellos inmediatamente, juntan sus manos.

El otro día aún fue más especial, ella acerco la silla al banco ya que el señor no se levantó y la puso enfrente de ella, se cogieron las manos y se empezaron a mirar a los ojos, como si el mundo no existiera, solo ellos, no se fijaban en nada ni en nadie, solo ellos, hablaban, sonreían, incluso se acariciaban la cara con una extrema suavidad.

Casi me parece un sacrilegio observarlos en su mundo, lo hago con disimulo, con las gafas de sol, pero no importa, no reparan en nada, solo existen ellos.

Pensar que no sé los años que llevaran juntos, pero desde luego se aman y no están cansados el uno del otro. Cuando una pareja habla y se toman de la mano, se ama.

Volví a casa triste y alegre, con una extraña sensación de felicidad y de tristeza, no sé explicarlo.
Pero me alegro infinitamente por ellos y no puedo imaginar lo que puede llegar a sentir uno de los dos cuando el otro falte...

Las manos, esas manos que trasmiten tanto, esas manos que necesitan los niños para crecer con felicidad y amor, los enfermos para sentirse comprendidos, los ancianos para sentir que los seguimos queriendo, esas manos que TODOS necesitamos. Y que no todos están dispuestos a dar...

Una mano amiga, una mano de tu pareja, una mano...dicen tanto sin hablar, el lenguaje de las manos... es maravilloso

Luego en una conversación telefónica, comenté esta pequeña historia que había vivido el viernes por la mañana y esa persona me contó una historia que vivió y que también tiene un gran valor para seguir creyendo en el AMOR con mayúsculas.

Estando en verano en la playa, observó que se acercaba una pareja, de unos cuarenta años, ella en silla de ruedas y un niño de unos diez o doce años.

Cuando llegaron a la zona de las hamacas, él hombre le paso el brazo por el cuello de ella y la levantó con extremada delicadeza para depositarla como el bien más preciado, en la hamaca, cuando ya estaba instalada, con su mano, le levantó la barbilla y la besó con suavidad.

Esta persona sintió lo mismo que yo al observar a la pareja de ancianos.

Hay gente que tiene suerte con sus parejas y que ni la edad ni la enfermedad acaba con su amor, quizá porque es amor de verdad, y los problemas no alejan al otro, sino lo acercan más.




TUS MANOS
 
Cuando tus manos salen,
y amor, hacia las mías,
qué me traen volando?
Por qué se detuvieron en mi boca,
de pronto,
por qué las reconozco
como si entonces antes,
las hubiera tocado,
como si antes de ser
hubieran recorrido
mi frente, mi cintura?
 
Su suavidad venía
volando sobre el tiempo,
sobre el mar, sobre el humo,
sobre la primavera,
y cuando tú pusiste
tus manos en mi pecho,
reconocí esas alas
de paloma dorada,
reconocí esa greda
y ese color de trigo.
 
Los años de mi vida
yo caminé buscándolas.
Subí las escaleras,
crucé los arrecifes,
me llevaron los trenes,
las aguas me trajeron,
y en la piel de las uvas
me pareció tocarte.
La madera de pronto
me trajo tu contacto,
la almendra me anunciaba
tu suavidad secreta,
hasta que se cerraron
tus manos en mi pecho
y allí como dos alas
terminaron su viaje.

Pablo Neruda



miércoles, 24 de septiembre de 2014

IBON, MI QUERIDO COMPAÑERO


 
 
 
Eso es lo que eres para mi, nadie, me ha acompañado y ha estado a mi lado, incondicionalmente, día a día, durante quince años menos un mes, a día de hoy.

Día a día, llegaste a casa, con un mes, sin apenas caminar, solo dormías como un bebé, no podías subir las escaleras.

Deprisa creciste y te convertiste en mi querido compañero, íbamos juntos a todos los sitios...

Llevas unos días malos, después del gran susto de hace dos años. Por la mañana cuando me levanto, voy y te miro, a veces duermes y no me sientes llegar, otras me estas esperando, llevas días que hay que recoger pis y pas y es que no estas bueno...

Hoy cuando has venido a mi habitación me has mirado de una forma diferente, con tus ojos con cataratas te has echado enfrente de mí y no has apartado la vista de mi cara, de mis ojos, que querías decirme? Que estas malo, verdad?

Poco puedo hacer, excepto aliviarte el dolor y dolor no tienes.

Te he hablado y te he dicho, que si te acordabas de nuestros años juntos, de todo lo que has hecho por mí...seguías mirándome sin apartar tus ojos de los míos.

Te he recordado nuestros numerosos viajes al colegido de la niña, siempre el primero para subir al coche. Nuestras compras, siempre a mi lado, como me esperabas en el coche mientras iba a mis clases de gimnasia. Nuestros paseos, nuestras películas en el sofá, juntos, siempre juntos. Nuestros numerosos viajes, tantas vivencias, siempre conmigo.

Te he seguido hablando, recordándote nuestros años juntos, la gente que te ha querido y ya no esta, otros que han venido, las casas en las que hemos vivido...los lugares que hemos recorrido, y tu seguías con tu fiel mirada clavada a la mía...Nunca olvidaré este momento.
 
Como olvidar tu compañía en mis malos días, siempre a mi lado, aún ahora que estas malo, cansado, viejecico, cuando me acuesto y no es la hora de la siesta o la de dormir,vienes y te pones en el suelo, a mi lado, dejas tu cojín y te vienes conmigo, algo me pasa y tu lo notas...

Como poder pagarte todo lo que me has dado y me sigues dando? Con nada podría hacerlo, jamás, por mucho que haga por ti, nunca será suficiente.

Te digo que te quiero y sigues mirándome con esos ojicos azules, como el cielo, que con los años se han convertido en grises, más apagados. Pero que trasmiten el mismo amor que siempre.

Ahora no me enfado contigo, como cuando eras un cachorro, ahora se recoge lo que no puedes retener y no pasa nada, pero no obstante, te pegas a mí y me pides una caricia como pidiendo perdón porque has hecho algo que no esta bien, que tu no quieres hacer.

Y a mí solo me queda acariciarte. Hoy, creo que por primera vez te he llamado para que vinieras a mi lado mientras nos mirábamos y teníamos esta conversación con una voz y cuatro ojos, y no has venido, he entendido que te quedaban pocas fuerzas y estabas cansado, me he levantado y he ido a tu lado. Mi mano te ha recorrido y tus ojos se han alegrado.

Te quiero, te lo digo una y otra vez. Y siempre te llevo conmigo, sé que cuando no estés nunca me dejarás, como olvidar todo lo que me has dado y todo lo que has hecho por mí? Nunca, jamás, Ibón, mi querido compañero.

domingo, 14 de septiembre de 2014

LA TERRAZA




Desde mi vuelta a Zaragoza, la terraza de un bar del paseo, la única que esta cubierta, y nos tapa del largo invierno, y del sol impenitente en verano, es donde me gusta observar a la gente y donde veo pasar continuamente a las gentes del barrio. Y me permite ver a las que se sientan en las otras mesas.

Poco a poco ya hemos hecho un “grupo” de fijos. Si no los ves te extrañas, o cuando te vuelven a ver te preguntan, ahora a mi vuelta a todos les ha sorprendido lo bien que camino, y me lo dicen y se que lo hacen con alegría, no conocen ni me enfermedad ni me nombre, pero se alegran de verme caminar tan bien.

Aparte de la gente que va y viene de la terraza, y como gran observadora de las personas, imagino lo que son, que hacen, imagino su vida, probablemente nada acertada pero es un ejercicio que siempre me ha gustado.

Los fijos ya tenemos el sitio y nos “conocemos”, esta el señor solitario, muy educado, mayor, que se toma al filo de la doce, dos o tres whiskys, que le encanta hablar, fue emigrante en Francia y ha viajado por casi todo el mundo, oírlo hablar es una maravilla, te descubre lugares, comidas, costumbres, y siempre te quedas con ganas de saber mucho más. Él lleva el horario francés, así que mientras los demás estamos con el aperitivo él esta ya con el licor...mucho licor, pero jamás lo hemos visto en malas condiciones, un hombre solitario que siempre nombra a su esposa pero nunca le acompaña, que tiene una casa, dice, en un Valle pegado a España, frontera con Benasque y que ella es de allí, y Zaragoza no le gusta...

Están también una pareja con un perrito, la mujer siempre se dirige a él como: mamá te quiere, mamá, tal o cual...habla mucho más con el perro que con el marido pero muuuuucho más y por supuesto el que lo pasea es él y el que compra también, ella sale de casa como un figurin, ya bastante ajado, pero si así es feliz...no sé si lo será el marido, pero...

Tenemos también una pareja de mujeres, siempre hablando bajito, con gestos de amor, ya tienen cierta edad, pero no les importa, y hacen bien, lo que piensen los demás o que las miren. Muchas veces acuden más amigas y hacen un gran corro con risas y conversaciones, me gustaría unirme a ellas, se ve que lo pasan bien y que tienen todas una conexión especial.

Luego esta una señora sola, que siempre quiere hablar con cualquiera, que ama a los perritos y que añora a su querida perrita que ya se fue, pero que no quiere tener otro perrico porque es mayor y si se pone mala, que pasará con él?, pero siempre tiene una sonrisa y un gesto para cualquier perro que pase por su lado.

Luego viene un hombre solo, con todos los periódicos, se toma un café, saca una preciosa pitillera y se pone a fumar y a leer, va sumamente arreglado, con unos ademanes elegantes y delicados, no mira a nadie, y cuando termina de leer, se va, es el único que no saluda cuando llega y no se despide cuando se va...

Los demás nos saludamos, y nos despedimos al irnos.

Luego están los camareros, una mulata preciosa de Santo Domingo, un hombre calvo, ya cansado de tantos años de trabajo, muy profesional y la dueña del local, los tres se ocupan de la terraza y del bar, cuando te ven llegar ya con un gesto saben lo que quieres, sobre todo a mí, que me encantan sus croquetas de bacalao, me dicen con una sonrisa cuando tienen y cuando no, con un gesto de lamento...

Luego hay “personaje” que nos tiene por decirlo de una forma suave...intrigados.

Es el marido de la dueña. Esta siempre por allí, pero no hace nada concreto, no lo mires para pedirle algo, porque su mirada automáticamente se desvía hacía otro lugar.

De vez en cuando saca bolsas de basura, pero si tiene cuatro bolsas, hace cuatro viajes, al contenedor que esta muy cerca.

No habla con nadie, tampoco facilita el trabajo de los demás, retirando alguna mesa o cuando alguien se sienta, avisándoles...nada, no obstante todos los días, y digo todos sin excepción, hay una tarea que hace sistemáticamente...

Sobre las doce del mediodía, haga sol, llueva, sea invierno o verano, baja los toldos de la fachada del local...A veces la mujer sale y le dice algo...pero no hace caso los toldos se quedan bajados.

Y también hace en invierno otra cosa, que es “fastidiarnos” a los que estamos dentro de la terraza..y es según le parece, sube los plásticos, aunque haga un frío del carajo y estén las estufas encendidas, o los tiene completamente bajados, pegando un sol terrible y asandonos...Si alguien le dice algo, no contesta, no sabemos ni su tono de voz.

Tenemos la duda de que sea sordo, o como decimos aquí: que le falte un agua, menos mal que a la mujer, le sobran tres o cuatro, (aguas) siempre esta al “quite”.


Y hay una cosa que me gusta de esa terraza, aparte del Somontano blanco, fresco, que siempre sirven en copa, ya que no soporto el vaso para el vino, es la familiaridad que poco a poco, sin darnos cuenta hemos conseguido, en una Ciudad que nadie se conoce, allí tenemos un pequeño reducto, de gentes que vamos a disfrutar del momento y que nos alegramos de vernos unos a otros.



sábado, 23 de agosto de 2014

UNA NUEVA ETAPA


 

Después de años de luchar diariamente contra una enfermedad que se quiere apoderar de mi cuerpo y mi vida, y de no ponérselo fácil, por fin, después de luchar contra el nuevo Departamento de Reumatología del hospital donde me tratan, después de tantas cosas, llevo seis meses, que se dice pronto con la nueva medicación.

Mi vida ha dado un giro casi de 180º grados, no estoy bien, nunca llegaré a estarlo, pero estoy como no recordaba, y desde luego la silla de ruedas ha desaparecido de casa y el bastón, mi querido bastón hace dos meses que no lo uso.

Ahora solo tengo una fecha en mi cabeza, la del próximo biológico, el tratamiento que cada 28 días, inyectan en mis venas y consigue que empiece a ver la vida de otra forma.

Nunca me he dejado vencer, nunca, pero cuando necesitas ayuda para todo, el mundo se viene encima de ti, cuando prefieres no salir de casa por no vestirte, porque no puedes salir sola, cuando no te puedes levantar de la cama... porque necesitas ayuda para todo...es mejor quedarte en casa con la compañía de tus libros y tu música.

En mi caso, mi lucha es mayor porque trato de disimular mi dolor ante los demás, no quiero causarle daño a mi madre, mayor y enferma.

En estos meses, los dos primeros fueron malos, los cuatro siguientes, han venido con unas infecciones, hasta ahora, controladas, ya que me quedo sin defensas y cualquier virus puede atacar...

Tengo mucho miedo, si dijera lo contrario mentiría...tengo miedo a que me pase como hace doce años y tener que dejarlos.

Tengo miedo a que un día una complicación mayor tenga una respuesta negativa para mi vida.

Tengo miedo, sobre todo, después de que un shock anafilactico, casi me mata, hace cuatro meses, cuando una Uvi Móvil y dos médicos y dos enfermeras, lucharon en el salón de casa, para que no me fuera...Tengo que dar las gracias a todo ese equipo de profesionales y luego el trato en el hospital. Todo se quedó en un gran susto y en unas pruebas para alergias a los medicamentos.

Mi cuerpo a cambiado, y ahora me puede sentar mal lo que antes no lo hacía.

Voy perdiendo el miedo a ir a sitios cerrados, por lo menos en verano, en época de gripe, hay que guardar más cuidados, mascarillas, y evitar contactos. El otro día fui a un bar, y subí en un autobús, hacia años que no lo hacía!!!!

Poco a poco mi vida se va reconstruyendo como un puzzle pero sé que nunca estará completo.
Mis dolores se han atenuado, pero del mes varios días los tengo que pasar en casa, sin salir, para poder seguir. Mis miedos, los que no puedo compartir con nadie porque me dicen, que porqué.

Los expongo aquí, sé que quien me lea y siga estos tratamientos, me entenderá. No quiero la pena de nadie, solo que me dejen expresar el porque cuando falta una semana para el tratamiento, me pongo muy nerviosa, mucho, solo pienso en el día, en sí todas las pruebas a las que me someten a lo largo de esos veintiocho días estarán bien, y si me dirán que puedo ponérmelo.

La noche anterior al tratamiento, no duermo...me levanto, voy, vengo, veo amanecer...y solo quiero sentirme una niña y que unos brazos me protejan y me digan que nada me va a pasar, pero me ducho, me pinto la raya del ojo, me arreglo, y voy a por el tratamiento. Incluso este mes pasado una de las doctoras del Departamento, me dijo que no me reconocía, de verme en la silla de ruedas y ahora ver como voy...le dije que con ese dolor y limitación pasan los días, no se vive. Y ahora empiezo a vivir.

De otra forma, de otra manera, con otras cosas, pero vivo, sigo diciendo NO a muchas cosas, cosas que nunca recuperaré pero otras las he vuelto a reencontrar.

Cuando tengo la autorización del especialista, voy al Hospital de día y empieza el tratamiento, todos me dicen lo que he cambiado en estos pocos meses...


Luego cuando la aguja entra en mis venas, casi no me muevo ni respiro hasta que no llevó la mitad dentro de mi cuerpo, entonces ya me relajo y digo: ya casi esta...ha esperar el siguiente y que este mes sea llevadero, que no me ataque nada grave. Y así un mes tras otro.

El especialista, nuevo, fantástico, humano, genial, me dice que respondo sorprendentemente bien al tratamiento, mejor de lo que esperaba y más rápido, que aún tengo que mejorar, me conformo con estar así, pero eso es cuestión de pruebas y resultados.

Salir a caminar por mis calles, alejarme del barrio, recorrer la ciudad, poco a poco pero sin ayuda y sin pensar en donde esta el siguiente banco, es un placer infinito, como ducharme sola, vestirme sola, hacer las cosas de casa sin ayuda.

También es verdad que el reumatólogo me dijo que me ponía el tratamiento para tener una mejor cálida de vida no para trabajar más, pero...

Soy feliz, con mis peros, pero feliz, no pensé que en seis meses pasaría a estar como estaba y encontrarme como estoy, casi he perdido doce kilos, la cortisona casi ha desaparecido, aún sigo con una dosis mínima, los antiinflamatorios, se dan en días puntuales como el paracetamol. Y las demás medicaciones ya no están.

Tengo miedo, pero voy a ponerme el tratamiento con la ilusión y esperanza que ese mes será igual o mejor que el pasado y así van pasando los meses, contando los días para el siguiente biológico.

domingo, 17 de agosto de 2014

QUERIDO PAPA:


 Hoy hace tres años que te fuiste...me parece mentira, tantos días sin tus abrazos, sin tu voz, sin tu compañía, sin tu amor incondicional. Hace tres años que no te llamo, que no te abrazo, que no te beso, que no siento tu calor, que no hablamos, bueno yo si te hablo, pero no me contestas...Te quiero tanto. Sé que soy afortunada porque te he tenido cincuenta y dos años de mi vida.

 Pero nunca es suficiente teniendo un padre como eres tu, lo digo en presente, porque siempre estas a mi lado, sin ir más lejos, el pasado día quince, preparé la comida que tanto nos gustaba a los dos, y volví a poner un plato y un cubierto más a la mesa...Todos los días desde que te has ido pienso en ti, cierto es que me duele menos, que me quedo con lo mejor, que trato de olvidar los últimos tiempos en los que tus recuerdos nos habían borrado, pero estas a mi lado, nadie me ha abrazado como tu, llegar a casa y abrir la puerta y estar tu sonriendo y con los brazos abiertos, llegaba al hogar, nunca más he vuelto a percibir esa sensación. Eso es lo que yo quiero darles a mis hijos, esa sensación de hogar, de amor, de calidez, y que nunca me olviden como yo no te olvido a ti. en tu caso, nadie te olvida, todos hablamos de ti. A veces hablando con mamá le digo que en estos tres años te has evitado muchos sufrimientos...la misma enfermedad cruel que tu tenias, la padece tu querida hermana, tu primo, tu compañero de juventud, se ha ido, tu hermano mayor, esta muy solo y enfermando día a día, mamá esta delicada, mucho más que cuando te fuiste, tu nieta, sigue luchando contra esa enfermedad que no tiene nombre, pero es una gran luchadora y sale adelante, tu nieto sigue sin trabajo, pero este curso pasado durante un mes, hizo su sueño realidad, se convirtió en profesor de unos chicos de Instituto, y le gustó, ahora espera que este año aunque sea de interino tenga plaza y pueda seguir haciendo realidad su vocación. Han llegado personas nuevas a nuestras vidas, algunas nos marcaran para siempre, han llegado a nuestros corazones, tu no las conocerás, pero ellas a ti si, porque les hablamos de ti. Tu guitarra tanto tiempo sin sonar, ha vuelto a la vida a través de las manos del amor de tu nieto y él mismo empieza a tocarla, vuelven a sonar rancheras en mi voz, esas rancheras que tu me enseñaste. Ahora hay unos tiempos oscuros, sé que si tu estuvieras, no habría tal oscuridad. Pero también sé que pasará y que donde estés, estarás feliz por todos. Vuelvo a caminar y pasear, algo que me gusta tanto como a ti. Tu casa me acoge, tu llavero me acompaña y lo toco de vez en cuando y sé que lo has llevado entre tus grandes y fuertes manos. La vida sigue, eso lo aprendí cuando te fuiste, que ha pesar del dolor, todo seguía...recuerdo que a las siete menos veinte me desperté muy sobresaltada...y un cuarto de hora después me llamaron del hospital. Entre en la habitación y pensé que dormías, no quería o podía comprender lo que había pasado. Siempre he querido creer que en ese último momento pensaste en mí, por eso me desperté. Te quiero papá, te quiero tanto que me duele. Seguiré viviendo con tu ausencia, quiero que sepas que intento cada día ser mejor persona, como tu me enseñaste, procuro no hacer daño a nadie y cada vez estoy más sola, no te tengo, no puedo cogerte del brazo y hablarte bajito, despacio y tu con esa voz calmada, me comprendías y me decías que todo se arreglaría, que era cuestión de tiempo. 
 
Hoy no es un buen día, no he dormido, he soñado contigo, sueño pocas veces, pero siempre estamos en nuestra casa, la anterior a esta, en la que crecí, y tu estás feliz, ríes y yo también, mi mundo estaba protegido y cuando despierto me encuentro con la realidad. Ahora soy yo la que tengo que apoyar y dar fuerzas y sacarlas de donde no tengo, pero las saco y sé que estarías orgulloso de mí, como siempre lo has estado.

Te quiero papá
 
 
 
 
 
 
 
 
 


viernes, 18 de julio de 2014

LAS MIRADAS...




Después de un tiempo con la “tinta seca” he decidido empezar de nuevo este blog con el artículo que leí ayer de Almudena Grandes.


Ella lo llama el instante decisivo...ese instante en el que dejas atrás todo y empiezas el futuro con mucho miedo, pero lo empiezas. Pero me quiero centrar en las mujeres que no se deciden a dar ese paso...por muchas razones y motivos, los cuales no merecen reproches sino comprensión y desde luego lo que menos merecen son las miradas cargadas de reproches de los que más tendrían que apoyarlas...no es fácil, nada es fácil, ¿Quién dijo que la vida era fácil..?

Normalmente no sabremos jamás los motivos de esas mujeres que no se deciden a dar el paso...podemos imaginarlos pero nunca jamás ponernos en su piel...ni en sus miedos.

No son cobardes, son supervivientes.


Aquí os dejo el artículo que os he comentado arriba y me ha llevado a esta pequeña reflexión, no pido comprensión pero si respeto y ayuda hacía esas mujeres que no les resulta nada fácil, abrir la puerta y dejar todo, y no precisamente material.





EL INSTANTE DECISIVO de Almudena Grandes, publicado en El País Semanal el día 13 de Julio de 2014, y que no me deja copiar y no tengo impresora, así que lo copio.



Calculó que eran las cuatro de la mañana, y giró la cabeza muy lentamente para mirar la hora en el despertador. Los números verdes marcaban las 3.58, pero al comprobarlo no hizo ningún movimiento, aún no. Él debía de estar durmiendo, pero ella se fiaba tan poco de su sueño como de su vigilia, así que esperó un poco más, y a las 4.02 le rozó con la mano para que le diera la espalda y dejara de roncar. Sólo entonces, muy despacio, sacó la pierna izquierda de la sábana y la hizo descender hasta que su pie tocó el suelo. Cuando logró levantarse sin hacer ruido, los números ya habían llegado a las 4.11. Todavía avanzarían tres minutos más antes de que lograra escurrirse por la puerta de su dormitorio, que al acostarse había dejado entreabierta.



A la hora de comer, él había llamado para anunciar que no iba a pasar por casa. He quedado a cenar con Fernando, ya sabes que está muy deprimido, como le acaban de despedir y...Y que te quiero mucho, cariño, muchísimo, más que a nada en el mundo, ya lo sabes, perdóname porque te quiero, es que me vuelvo loco de cuánto te quiero...Ella ya estaba acostumbrada a esas llamadas, las explosiones de amor que sucedían a las otras, el tono de voz meloso, compungido, que casi la hería tanto como los golpes de la noche anterior. Siempre era así, siempre igual, porque él no podía volver a casa como si tal cosa, no podía sentarse a cenar con ella, ver la televisión, hablar con los niños, y por eso, siempre, después, salía con sus amigos y dejaba pasar un día entero antes de volver a ser el de antes, el hombre con el que se había casado. Siempre era igual, pero aquella vez todo sería distinto.



Lo había pensado centenares de veces, pero siempre había creído que sería incapaz. Y sin embargo, aquel día comprendió que iba a hacerlo, porque él llegaría tarde y borracho, porque su hijo mayor estaba en un campamento, porque la niña se había ido a pasar unos días con su hermana, porque sí se ponía un vestido estampado, de tirantes, él podría confundirlo fácilmente con un camisón, porque le bastaría salir de la habitación y ponerse unas chanclas para echarse a la calle, porque tenía que hacerlo, porque no podía más, porque tenía que irse, porque se iba...



Y se fue. Había escondido las zapatillas debajo del sofá, y una nota para explicarle que había puesto una denuncia contra él por malos tratos y que no le convenía perseguirla, detrás de la panera. La dejó en la mesa baja del salón confiando en que su marido no lograra localizar la casa de acogida en la que iba a refugiarse antes de que la policía le hiciera una visita. Al salir de la comisaría, había hecho una maleta con lo más imprescindible y la había llevado hasta su nuevo piso, en la otra punta de la ciudad. Le había parecido una casa pequeña y triste, como las mujeres que vivían en ella, y al conocerlas, la idea de abandonar su piso, que le había costado tanto dinero, tanto esfuerzo, y que era tan bonito, luminoso y alegre, le pareció más triste todavía, aunque no vaciló. Creyó que eso significaba que todo lo demás sería más fácil, pero se equivocaba.



En el último instante, la mano derecha sobre el picaporte de la puerta, se dio la vuelta y contempló la casa que dejaba atrás, los muebles que había escogido uno por uno, las fotos de sus hijos, ese retrato tan horroroso que el niño le había hecho para el Día de la Madre y que colgaba enmarcado en el vestíbulo, las flores de tela no mucho más bonitas que recibió de la niña en el mismo día, unos años después. Y que seguían estando en la estantería, la foto de su boda, los recuerdos de los viajes, una figurita de Corfú, una caja de cerámica y metal que compraron en un pueblo de Marruecos, la bola donde nevaba sobre la Torre Eiffel...



Durante un instante pensó que estaba renunciando a su vida, a toda su vida, su memoria, sus aficiones, sus pequeños placeres. Quizás no vuelva a tener una casa como esta nunca más. Quizás no vuelva a ser feliz, quizás esté sola el resto de mi vida. Durante un instante estuvo a punto de volverse atrás, de echarse a llorar sin hacer ruido, y desandar el camino, y volverse a la cama, y dormir para volver a vivir como antes, como todoss esos días en los que lo único que quería era morirse. Entonces, sin previo aviso, unas lágrimas cómplices, mansas y silenciosas, empezaron a caer de sus ojos, y sin pensar bien en lo que hacía, levantó el brazo en un movimiento brusco para limpiárselas.



El dolor fue tan insoportable que unas lágrimas distintas brotaron sobre las que empapaban sus mejillas, y un quejido se confundió con el ruido de la puerta al abrirse. Antes de darse cuenta, estaba en la calle.




lunes, 21 de abril de 2014

UNA HISTORIA DE AMOR




Hace tiempo, desde que papá se fue, quería escribir la bella historia de amor que vivieron mis padres, digna de una película romántica pero los que la vivimos, lo sabemos, y muchos la envidiamos, que el amor pueda ser más grande que la cruel enfermedad del Alzheimer.

Cuando mi padre conoció a mi madre, ella no quería ponerse de “novios” pero mi padre, que era primo de los vecinos de ella, fue muy insistente...muy detallista...las hermanas de mi madre siempre le decían: mira que te espera, mira que a venido a verte, mira que es muy bueno, mira que le gustas!!!!

Poco a poco enamoró a mi madre, ella con unos problemas que no le permitían tener hijos, nunca se había planteado casarse, ¿Quién se iba a casar con ella, sabiendo que no podía tener hijos? Entonces las cosas no se hablaban como ahora, pero cuando se iban a hacer novios, ya sabéis que hace una generación las cosas se hacían de otra forma, mi madre les pidió a sus padres que fueran ellos los que se lo dijeran porque ella tenia mucha vergüenza, dicho y hecho, mis abuelos le dijeron: mira Antonio, que nuestra hija no puede tener hijos, y es algo que debes de saber y pensar antes de seguir, y dicen que no lo dudó ni un segundo, les dijo: yo quiero a su hija, a esos posibles hijos, no, porque no los conozco, pero a ella la quiero, la quiero mucho y esto para mi no supone nada, absolutamente nada.

Así fue, pasaron los años de noviazgo, cumplieron las tradiciones que imponía el autoritario padre de mi madre, y cuando se casaron las hermanas mayores, dos, entonces empezaron a preparar su boda. Mi madre me dice muchas veces, que tenía miedo porque lo veía jugar, con sus hermanos pequeños, mi madre tenía 12...y con sus sobrinos y se le caía la baba, porque ha sido siempre muy chiquero, y se preguntaba que si toda una vida sin hijos, sería suficiente el amor...siempre la acompañó esa duda, que no le dijo a mi padre.

Se casaron, fueron muy felices, dicen, mucho, durante cuatro años su felicidad eran ellos, momento que mi padre no trabajaba, salían, siempre juntos de la mano, siempre los recuerdo así, a mi padre le gustaba que mi madre se arreglará y salir. Siempre juntos.

Hasta que un día mi madre le dijo a la suya: mamá creo que estoy embarazada...calla hija, le dijo la abuela, no es posible, nos dijeron que no, te han operado dos veces, es imposible. Pero mañana vamos al médico que la operó y que la visitaba con regularidad.

Confirmado, estaba embarazada, el propio médico dijo que no sabía como se había producido lo que el calificó de milagro!!!! la alegría de mis padres fue inmensa, un hijo!!!! tantas veces querido y añorado pero no tenerlo jamás fue obstáculo para su amor.

Y después de nueve meses, y un parto complicado, mucho, con peligro para mi madre y para mí, porque ese hijo, era yo, nací con una cesaría, entonces aún se tenían a los hijos en casa, pero a mi madre la llevaron al hospital.

Me puedo imaginar su alegría, la de todos!!!!

Y fueron pasando los años, mi padre siempre fue mi mejor amigo, confidente, apoyo, su amor, fue inmenso y no dejó de demostrármelo ni un solo día, como a mi madre.

Nacieron mis hijos, y tuvo amor para todos, tenía tanto para dar, a cada uno nos daba lo nuestro sin pedir nada y sin quitarle nada a nadie. Su familia era y fue siempre su mundo. Nosotros.


Entonces llegó a su vida esa terrible enfermedad llamada Alzheimer...y empezó a olvidar, a cambiar su carácter, poco a poco se iba alejando de todo y de todos, pero siempre estaba sentado al lado de mi madre, de la mano, horas, viendo la tele o mirándola, pero de la mano.

Cuando la enfermedad se hizo más agresiva, mi padre olvidó a mi madre, no la reconocía, la llamaba señora...seguía dándole besos y cogiéndola de la mano, pero no sabía que era la mujer a la que había querido más de cincuenta años.

Hasta que un día se levantó y le pidió matrimonio, así tal cual, le dijo: miré soy viudo y tengo una hija, pero a mi no me reconocía, pero estoy enamorado de usted, y quiero casarme, la quiero, la quiero como no pensé que volvería a querer, la quiero tanto que me duele.

Mi madre no sabía que contestar, me llamó por teléfono nerviosa, y le dije que le dijera que sí, que lo quería y que se iba a casar con él...

Mi padre esos pocos meses, fue el hombre más feliz dentro de sus recuerdos perdidos.

Preparaba la lista de los invitados, casi todos, ya no vivían...

Un día mi madre le dijo que no la llamará señora, que si se acordaba de su nombre, y él con los ojos casi perdidos le dijo: claro que sí, nunca voy a olvidar tu nombre, te llamas María. Mi padre era la única persona que llamaba María a mi madre, todos la llamaban y llaman Marí.

El tiempo pasó, el olvidó la boda, a la señora, a la mujer que había amado, pero ni una sola noche, hasta que se tuvo que salir de casa, durmió sin estar cogido de su mano, durante 54 años, jamás se acostaron enfadados, antes de ir a la cama hablaban y si no, en la cama, de la mano, lo arreglaban.

Por eso quiero creer que el maldito Alzheimer, no pudo con el amor de mis padres. Mi padre se enamoró dos veces de mi madre, cuando era él y cuando no tenía tan apenas recuerdos.

Os quiero por todo lo que me habéis dado y os doy las gracias por haber creado un hogar en el que fui tan feliz!!!!




 
 
 
 
 


martes, 8 de abril de 2014

UNA DEFICIENTE ATENCION MEDICA...que puede costarme la vida. SUMA, SIGUE Y EMPEORA...

 


2 de Abril de 2014.
 
Hoy no ha sido un día fácil, me siento decepcionada, triste, agotada, impotente, muchas cosas y sobre todo con muy pocas fuerzas. Las pocas que me quedan las voy a guardar para que el tratamiento que estoy siguiendo haga su efecto, los nervios, la ansiedad, no son buenos para nadie, pero nefastos para otros. Trato de ser justa por eso las injusticias me superan. Hace varios años por mi mala sal...ud, dejé perder muchas cosas, entablar una batalla judicial era montaña que se me hacía muy alta de subir. Tiempo después la vida me puso por obligación ante un juez, y al llevar un abogado de oficio que no se molestó en nada, perdí todo. Y ahora la vida me pone ante unos poderosos, los medios de comunicación permisivos con los desmanes de los políticos, los grupos políticos que no quieren saber nada que no sea algo que les depare mucha publicidad, un hospital en el que alguno de sus médicos no cumple con sus obligaciones, unos servicios sociales que me remiten a atención al paciente, donde no tienen respuestas para mis preguntas pero sí, crean dudas y me echan culpas...¿culpas de estar mala? y NADIE tiene la culpa, excepto la persona que lo ha sufrido, he pasado de ser una ciudadana seriamente perjudicada en mi salud, a convertirme en una mujer algo pesada, que no tenemos respuestas para ella...pero que tiene el umbral del dolor muy alto, o no estará tan mala, porque se tendría que haber quejado antes. Voy a dejarlo antes de empezar, me esperarían meses de recoger pruebas a las que me ponen pegas para tenerlas, un médico que certificara que en realidad un año sin tratamiento me ha producido un grave empeoramiento y un buen abogado que se enfrentara a estos poderosos, mentirosos y detestables que nos desgobiernan y los que con su silencio les apoyan. Cuando tenga más serenidad iré poniendo en mi blog, punto por punto, las cosas como se han sucedido, y si quieren que me denuncien ellos, ya que parece que solo les preocupa que les denuncie, pues no, no puedo hacerlo y no lo voy hacer, pero si alguno tiene conciencia, cosa que dudo sabrán que son CULPABLES, culpables de muchas cosas, entre ellas de mi estado actual y de tratarme de la forma en la que lo han hecho. Me quedo con mi verdad, que es la que vale porque soy la prueba de lo que no me han hecho, y espero no cansaros con mis problemas, solo puedo desahogarme aquí, con vosotros, no os pido nada, con escribirlo, ya es mucho. Y que la vida les sea leve a quienes tanto daño me han hecho. Que un día no se vean dependientes, sin ayudas y poniéndoles trabas para saber la verdad de una negligencia médica, la llamen ellos como la llamen.

Las pelotas las han echado fuera de su campo, todos tenemos la culpa, excepto ellos, pues, vale. Para ustedes la perra gorda como decía mi querido padre.


7 de Abril de 2014.

Javier García, me avisa y me envia el artículo que habían publicado en Heraldo.com. http://www.heraldo.es/noticias/suplementos/salud/2014/04/07/los_medicamentos_biologicos_obras_ingenieria_genetica_precios_desorbitados_280406_1381024.html

Al hilo de esta madeja, que empezó con la entrada de mi blog http://eltinterodeisabel.blogspot.com.es/2014/03/una-deficiente-atencion-medicaque-puede.html la cual saltó a Twitter a través de mi hija y se pusieron en contacto conmigo dos periodistas y para que no se me olvide nada, voy a poner las cosas como se debe y como a mi me gusta, por escrito, como dice mi hijo, no busco fama, notoriedad, compasión, solo desahogarme en faceboock, con mi cuadrilla, muchos de ellos enfermos crónicos que entienden el calvario que llevo porque ellos van servidos también pero en mi caso ya voy a dejar aparte la enfermedad, la AR que llevo tatuada en mi cuerpo. Voy a citar a todas las Instituciones, periodistas, grupos políticos, Hospital Clínico Universitario de Zaragoza, Marea Blanca de Zaragoza, Jefe de Prensa de la Consejeria de Sanidad, Servicios Sociales del citado Hospital y la Jefa del Servicio de Atención al Paciente, con las que he tenido contacto estos días y como han sucedido los hechos.

Al día siguiente de publicarse en Twitter, la entrada de mi blog, se ponen en contacto conmigo, una redactora del Heraldo digital, y me pregunta muchas cosas, hace hincapié en si voy a denunciar y me pide permiso para grabarme una entrevista, e incluso me pide que le envié varias fotografías porque quiere ponerme cara...hablamos varias veces y me graba unas preguntas que me hace. También me dice que tiene que llamar a la otra parte, porque tiene que darle el derecho de replica. Y que me tendrá informada pero que ese mismo fin de semana, esto es viernes, cree que saldrá la noticia, ya me avisará.

El mismo día me llaman de la emisora de radio Zaragoza, la cadena Ser, y una periodista, lo mismo, me pregunta, me graba y me dice que va a salir en la radio, que cuando lo haga me enviará la entrevista para que la escuche o la pueda poner en mi blog.

También ese día se ponen en contacto una chica de Marea Blanca Zaragoza, muy interesada, mucho en mi caso, todo por teléfono, y me dice que como al día siguiente van a las Marchas de Madrid, se pondrá en contacto porque tiene una reunión en un hospital de Madrid que nombro porque me da permiso Javier Garcia, para que lo cite a él también, y que hablaran de mi caso, que parece grave por la falta de atención y por la gran diferencia de trato en el protocolo de los llamados tratamientos biológicos. Que a mitad de la siguiente semana me llamará y estaremos en contacto.

Pasa el fin de semana, dejo pasar toda la semana, sin ninguna noticia, y el siguiente viernes me pongo en contacto con la periodista de la Ser, me dice que su jefe no le deja emitir la entrevista porque se han puesto en contacto con Sanidad y le han dicho que MIENTO, que estoy siendo tratada como corresponde a mi enfermedad y que si no presento una denuncia, ella no puede emitir nada, le digo que no necesito denuncia que ya esta hecha a través de mi blog. Me insiste, con la denuncia podremos hacer algo, adiós y gracias, de nada.

Llamo a la redactora del periódico y me dice lo mismo con otras palabras, que su jefa le ha dicho que no pueden publicar nada porque Sanidad, les ha dicho, en este caso, no me han llamado MENTIROSA, pero si que soy una ENFERMA PREFERENTE. Mi asombro no tiene límite, le digo que me diga quién en Sanidad, el Señor Oliván, y me dice que no, que ha hablado con el jefe de prensa, y que ellos con esos datos que les dan, no puede hacer nada, si no tengo una denuncia...

Lo mismo gracias de nada.

También envío por correo electrónico a todos los grupos políticos de Aragón, excepto al PP, claro, mi entrada al blog y mi queja por la deficiente asistencia, no me contesta nadie, excepto IU que me dice que pasa el tema a la compañera que lleva lo de Sanidad, hasta hoy no tengo noticias.

Envío lo mismo por el mismo sistema a los Servicios Sociales del hospital, preguntado donde dirigirme, qué hacer...que me indicasen donde recurrir en el Hospital.

El enfado, la rabia, la impotencia crecen en mí como el dolor. Pero sentada en mi silla con el teléfono delante llamo a la Consejería de Sanidad, hablo con infinidad de personas, nadie sabe nada, nadie dice nada, hasta que les digo que me voy a presentar con la silla de ruedas en la puerta hasta que me digan quién es la persona que ha hablado con los periodistas y me ha “insultado”...me dan un teléfono y un nombre el señor Alejandro Toquero, jefe de prensa del Consejero de Sanidad, me cuesta hablar con él tres días, pero yo, cada día insisto, educadamente, hasta que hablo con él.

Evidentemente lo niega todo, no me ha insultado, si que sabe de mi caso, incluso me dice que el consejero a leído mi blog y ellos, él se ha limitado a decir lo que le han trasmitido en el hospital Clínico Universitario, que soy una paciente con una muy buena atención y estoy siguiendo los protocolos que existen en nuestra Comunidad.

Le digo que no es esa mi pregunta y mi queja, que supongo que tienen ambos, el consejero y él, una buena comprensión lectora, y que me quejo y me pregunto, ¿Porque no me han visitado durante más de un año? Cuando he estado 22 años controlada cada tres meses, alguna vez, pocas, cada seis... Y entonces me contesta algo que os podrá parecer mentira pero es cierto me dice: ¿Usted me quiere decir, pero con la verdad, dígame si en todo ese año que usted dice, no ha cruzado una sola vez la puerta de consultas externas del hospital Clínico, pero ni una sola vez, eh? PERDON? Le digo porque me ha dejado anonadada... y me hace la misma absurda pregunta, y le contesto que desgraciadamente muchas veces, porque tengo a mi hija enferma y ese año he ido muchas veces con ella, que si tienen cámaras de video...

Entonces me aclara, que no, que para mí, en el Servicio de Rehabilitación...y le digo que sí, que he ido varias veces, en las cuales no me han podido hacer nada, pero que no voy mandada por Reumatologia si no por el propio departamento en sí, y la Doctora Elvira, me dice que no pase por citaciones, que me acerque a su despacho y me mira, pero que no ha podido hacerme nada por el brote continuado que tengo...

Entonces me dice el señor jefe de prensa...¿Pero a usted la mira todos los meses en su casa la médico de su Centro de salud? Le digo NO, jamas en más de dos años ha venido a verme a casa, me dice que no es posible que hay todos los meses visitas a mi domicilio, le aclaro que viene a ver a mi madre, invalida, diabetica y con una maquina de oxigeno 24 horas, que es a ELLA a quién hace las visitas, NO a mi.

Con muy buenas palabras, empieza a echar pelotas fuera, me dice que quizá mi medica de cabecera debería de haber llamado al servicio si es verdad que estaba tan mala, al ver que no me citaban, le digo que no sé, que ella ha enviado tres veces delante de mi, una petición de consulta urgente a Reumatologia, pero a él solo le aparece una.

Con mejores palabras, me dice que si estoy contenta con el trato de mi actual Reumatologo, le digo que sí, me dice que he accedido a los Biológicos, como si me hubiera tocado la Primitiva y que tengo a él, al consejero y a todo el departamento a mi disposición, para lo que quiera, pero tiene que dejarme porque lo esperan en una reunión, gracias, de nada.

Cada vez se me esta poniendo la cara más de tonta y más rabia e impotencia!!!!!

Esto es viernes, aprovechando que me da un brote terrible, el lunes en una silla de ruedas me trasladan al Clínico a mi Reumatologo, amable, más que antes, si cabe, me dice que él me esta atendiendo lo mejor que puede, le digo que no tengo nada que reprocharle, me dice que si me quiero ingresar hasta el próximo gotero que es este día 10 de abril, y hacer reposo, que otra cosa no podemos hacer, y ponerme otra infiltración en la rodilla, le digo que ingresarme con lo que tengo en casa...él me dice que tampoco se ingresaría pero que lo decida yo. Decido irme, cargada de antiinflmatorios, cortisona y analgésicos. Y paciencia, mucha paciencia porque solo llevo un tratamiento. Y estoy mal, muy mal.

Gracias, muchas gracias.


Aprovechando, nos vamos de tour en la silla de ruedas a la Gerencia del hospital, una secretaria muy amable me pregunta que es lo que quiero le explicamos y saca una hoja del ordenador y me dice con una voz desagradable: es que usted ha sido visitada ese año que dice que no lo ha sido por la rehabilitadora...y le contesto que quiero hablar con el gerente, con la persona que ha dicho al Consejero que he sido muy tratada en todo momento, obviando su mala cara. Nos hace pasar a una salita con muchas sillas y nos dice que esperemos.

Se presenta una señora amabilisima y nos dice que es la Jefa del servicio de Atención al Paciente, que esta allí para que le explique todo, absolutamente todo y tratar de encontrar una solución. Le explico todo, todo, todo, y ella amable es poco, me dice que va a llamar y a mirar todo lo que tiene que mirar porque en realidad según mis papeles y los suyos, hay un año,casi 13 meses sin visitas en Reumatologia...no puede negarlo, lo estamos viendo con mis papeles y con los que ella ha sacado del ordenador.

Me dice que o bien me llamará para que acuda al servicio o recibiré una carta. Sigue con su amabilidad y nos acompaña hasta los ascensores, llena de humanidad y educación.

En espera de que me conteste, llamo a Marea Blanca, y me cuelgan el teléfono tres veces, me ponen un mensaje, diciendo, que mi caso es complicado, que parece que hay “problemillas” y que la persona con la que hablo, tiene mucho trabajo, le contesto, que gracias, que han sido ellos los que me han llamado y me han dicho que me contestarían pero que nada, que gracias otra vez.

A los dos días de haber hablado con la Jefa del Servicio de Atención al Paciente, me envían un mensaje al correo los Servicios sociales del hospital (once días después de haberles enviado mi petición) y me remiten al servicio de Atención al paciente, les contesto que para decir “eso” les ha costado...pero que gracias...

Pasan unos pocos días y me llama la Jefa del Servicio de Atención al Paciente, su tono de voz, sigue siendo muy amable y educado pero no es el mismo con el que me trato en persona.

Me dice varias cosas: Qué pasados tres meses sin tener cita debería de haber ido yo a atención al paciente y ellos lo hubieran resulto. (Culpa mía)

O bien mi medica de cabecera ya que solo les consta una petición, no tres. (Delante de mí, la médica ha enviado tres peticiones urgentes, al servicio...)

Que tengo el umbral del dolor muy alto y he aguantado mucho, que debería de haber ido antes, (tengo la culpa yo, de no quejarme lo suficiente)

Y la última es que NO encuentra el papel azul con la citación del último día que estuve en el Servicio, la última vez que me miró mi reumatologo antes de jubilarse, que se ha podido perder, traspapelar, que no tiene respuesta, a esa pérdida, pero que los compañeros le han dicho que en el mes de Agosto no funciona, esta cerrado el Servicio de citaciones, que igual yo no entregué el famoso papel azul y por eso no me han vuelto a citar...

Le digo que me lo mande por escrito, por favor, porque no tengo ni ganas ni fuerzas para contestar, estoy agotada física y psiquicamente, y me dice que no puede, que lo que hablamos era eso, UNA CONVERSACION, que ahora tengo que sacar un impreso o ir a solicitarlo al departamento de Atención al Paciente que ponga todo lo que le he explicado y que me contestarán, que lo entregue en cualquier punto de información del Hospital en un sobre cerrado y que ponga su nombre y entregar en mano.

Muchas gracias.

Me he quedado tan cansada, que aún no lo he hecho, llevo casi un mes necesitando ayuda para levantarme hasta de una silla, sin salir a la calle, hasta este próximo jueves en el que iré, si todo va bien a ponerme el segundo biológico.

No sé si dejarlo, porque denunciarlos no puedo, ya que soy David ante Goliat, y no me voy a gastar lo que no tengo en un abogado para que luego me digan que PUEDE que no haya entregado el dichoso papel azul para la próxima citación y toda la culpa es mia.

Es mucho el tiempo que llevo completamente dependiente, sin salir de casa, solo médicos, pruebas y farmacia, arrastrándome literalmente por mi casa, viendo pasar los días y las noches, esperando que el día que amanece sea mejor que el pasado, pero no sucede, y encima con una medicación que me da miedo, mucho miedo, pero que tengo que inyectarme, porque no me queda otra, porque hoy me he tenido que levantar de la cama a las tres de la mañana ya que el dolor de las costillas no me dejaba respirar...

Quizá más adelante, le escriba a la atención de la Jefa del Servicio de Atención al Paciente, pero ahora no tengo ganas, mi año en blanco existe, ahí esta. Nadie me puede dar la salud que he perdido, eso lo tengo claro, un buen abogado podría valorarlo en dinero, quizá, pero no es el caso, como valoras una perdida tan grande de calidad de vida?

Y por si fuera poco, ahora que todo estaba más calmado por mi parte, ya que trato de no alterarme porque no es bueno para mi tensión que tengo muy alta, anoche el artículo del Heraldo ha terminado por sacarme de mis casillas...me ha llamado la periodista muy enfadada por las palabras de Antonio y de mi hijo y le he dicho que ella me HA UTILIZADO, que no ha puesto nada de lo que le dije que parezco la señora privilegiada que tengo acceso a una medicación carisima en estos tiempos de crisis, que porque no ha puesto que si ahora la necesito es porque no he estado atendida durante ese año?

Me ha asegurado que no ha recibido presiones de Sanidad, negando la conversación telefónica anterior, y al final le he dicho que voy a seguir escribiendo lo que quiera en mi blog y en mi faceboock y que cualquiera de ellos, todos, que me denuncien, que ellos tienen medios pero no la razón. Que lo hagan y así se sabrá quién miente, si no amañan las cosas, porque tal y como va todo. Al final le he dicho muy amablemente porque otra cosa no, pero amable soy un rato largo, que iba a colgarle que me había puesto peor por sus palabras tan desacertadas que ha puesto en mi boca palabras que no he dicho, pero que en menos de cuarenta y ocho horas tengo que recibir un tratamiento serio, ese tan caro y maravilloso y no puedo seguir en el estado de nervios en el que me ha puesto, se ha disculpado, me ha dicho que si tengo una denuncia, tengo un titular y me ha dicho que volverá a llamarme, le he dicho que lea mi blog que lo que tenga que decirle lo haré aquí o en el faceboock.

Lo siento, si soy pesada, no tenéis porque leerlo solo quiero que quede constancia de este maltrato que estoy recibiendo, y de verdad que nunca he estado tan mal como ahora estoy.

Gracias a todos por vuestros ánimos y apoyo, y a los que ponen en duda mis palabras, me da igual, que me ignoren o que me denuncien.


También quiero dejar constacia en este escrito las palabras de Antonio, esas que no le han publicado en el Heraldo, se ve, que solo quieren lisonjas y las palabras de mi hijo que tampoco han gustado mucho, me imagino que esta entrada tampoco gustará pero a mí no es que no me guste es que no soporto la forma en la que he sido tratada por todo el sistema y aquí estoy, AGUANTANDO. Así qué...


El blog de Antonio. Con el comentario que no han querido publicar, en el Heraldo.


La opinión de mi hijo Ramiro, al artículo publicado:
 
Como dijo Malcom X, desconfía de los medios de comunicación. Leed el pie de foto para tener más información. Mi madre hace un tiempo denunció en la red el trato recibido durante un año sin atención en el clínico, trato que ha mejorado notablemente no por propia iniciativa sino por la constante reivindicación de mi madre. Los periodistas se hicieron eco pero unas supuestas presiones hicieron no solo que el asunto se silenciase, lo cual no es grave ni nos importa pues mi madre no buscaba protagonismo en los medios sino contar su experiencia a sus amigos de Facebook. Lo grave es que su testimonio de denuncia se tergiversara para un "artículo publicitario", una loa a los desastrosos gerentes del Salud, donde hasta se cuestiona el precio de los medicamentos. Los servicios públicos se basan en sistemas redistributivos donde las personas sanas pagamos impuestos para ayudar a las personas enfermas, es un sistema basado en la solidaridad colectiva que frente al individualismo permite una atención sanitaria universal sin distinción de renta. En fin, un nuevo paso más en la destrucción de la Sanidad Pública, auspiciada por los medios, en la misma semana donde el Sr. Oliván reestructuraba su departamento eliminando del organigrama a médicos rebeldes. Ramiro Adiego Sevilla.


lunes, 7 de abril de 2014

LECTURAS MES DE MARZO







He aquí la hilarante epopeya de Rose, una cocinera que nunca le ha temido a nada y que ha sobrevivido a las barbaries del siglo XX (el genocidio armenio, los horrores del nazismo y los delirios del maoísmo) sin perder el humor, el deseo de sexo y el afán de venganza: los tres pilares de la felicidad en su particular credo.A los ciento cinco años aún regenta su famoso restaurante en Marsella, guarda una pistola en el bolso y no puede evitar los pensamientos eróticos cuando se cruza con algún tipo interesante. Esta singular cocinera, marcada por dos hombres y un siglo, se toma la justicia por su mano matando a sus enemigos suavemente. Rose pertenece ya a esa galería de grandes personajes literarios de los que no podemos separarnos.
 
Muy entretenida, sorprendentemente fácil de leer.






Una apasionante novela ambientada en un pequeño pueblo manchego en los tiempos convulsos de la Segunda República que conjuga amor, política y ambición.Doña Enriqueta, la pistolera, es una mujer fuerte que controla férreamente la vida en la comarca en la que vive.Provoca terror y admiración a partes iguales. Todo debe pasar por ella, nada se le escapa. No está dispuesta a que el destino juegue en su contra, especialmente en lo referente a su familia, su marido y sus dos hijas. Rocío, la más joven, se ha educado en los mejores colegios de Madrid, lejos de Las Mesas. Milagros, por culpa de un defecto de nacimiento, se ha criado en el pueblo, lejos de los selectos grupos con los que se codea su hermana. Doña Enriqueta decide dar forma al destino, jugar con las vidas de quienes le rodean y para ello contará con el joven y brillante político Enrique Cuartero, al que comprará como su futuro yerno.La alcoba escondida es una novela costumbrista en la que se suceden los problemas familiares, los celos entre hermanas, la rivalidad por el poder; pero también es el retrato de una época convulsa, donde se refleja fielmente la complejidad y fragilidad del clima político previo a un conflicto armado


Una novela ambientada en un tiempo convulso en nuestro País, con unos personajes y un desarrollo de la trama que no te permite dejar de leerla.





Una preciosa historia de amor en tiempos de guerra, en la línea de El paciente inglés, por el autor de El códice 632.
Primera Guerra Mundial. El capitán del ejército portugués Afonso Brandao está al frente de la compañía de Brigada de Minho; lleva casi dos meses luchando en las trincheras, por lo que decide tomarse un descanso y alojarse en un castillo de Armentières, donde conoce a una baronesa. Entre ellos surge una atracción irresistible que pronto se verá puesta a prueba por el inexorable transcurrir de la guerra

Sus más de quinientas páginas se me han hecho un poco lentas y pesadas, con demasiados “decorados”, pero no había leído nada de este autor y me llamó la atención, desde luego el periodo en el que se desarrolla esta muy bien ambientado y documentado.





En un remoto bosque de Finlandia se encuentra un sanatorio llamado Suvanto. Son los inicios del siglo XX y las pacientes buscan alivio de una serie de dolencias reales e imaginarias. En las plantas inferiores están las estoicas mujeres finlandesas; en las superiores, extranjeras acomodadas, que atiende la enfermera jefe Sunny Taylor, una norteamericana que ha huido de una vida desventurada para refugiarse tras una máscara de eficaz profesionalidad. Mientras del verano se pasa al otoño, y del otoño a un largo y oscuro invierno, las pacientes oyen rumores de cambios en Suvanto de mano del doctor Peter Weber, un obstetra norteamericano que está experimentando una nueva sutura quirúrgica. A las mujeres les inquieta ver peligrar su rutina cotidiana y la sensación de creciente turbación culminará en un espantoso desenlace.


Una novela axfisiante, triste, angustiosa, a mi es que no me gusta sufrir mucho leyendo, y esta novela te hacía sentir el frío de la soledad del sanatorio y del paraje que lo envolvía.








¿Quién es de verdad el enemigo? Finalizada la segunda guerra mundial, Hamburgo ha sido ocupada por los británicos. El coronel Lewis Morgan y su familia se instalan en una de las mansiones requisadas a los alemanes. La integridad y el deseo de confraternización del coronel hacen que llegue a un acuerdo con los ocupantes de la casa, la familia Luber, compuesta por un arquitecto viudo y su hija adolescente, para que ambas familias puedan convivir en armonía. Este es el punto de partida de El día que vendrá, donde no solo se divide una casa –los Morgan en el primer piso, los Lubert en el segundo- sino que los personajes han creado compartimentos estancos dentro de sí mismos para poner a raya sus traumas y sobrevivir. Cuando esa frontera se desmorone, los sentimientos largo tiempo contenidos no tardarán en resurgir. Villa Lubert es el microcosmos que refleja las fronteras, el recelo, la sospecha que se cernió sobre la Alemania ocupada por los aliados tras la segunda guerra mundial, pero también la redención y el perdón. Basándose en hecho que pertenecen a la historia de su propia familia, el autor logra crear una historia que cautiva, que mantiene al lector pegado a las páginas, sin que eso reste profundidad a los personajes o al trasfondo histórico y político de la novel


Esta novela me ha encantado, debo decir que el periodo de la Segunda Guerra Mundial que gusta mucho, pero es un tema que no lo había visto, hasta ahora en ninguna novela, muy recomendable, para mi gusto, sin querer que acabe la historia, y para mí, mejor, con otro final.






En un Madrid devastado, recién salido de la guerra civil, sobrevivir es un duro oficio cotidiano. Especialmente para Manolita, una joven de dieciocho años que, con su padre y su madrastra encarcelados, y su hermano Antonio escondido en un tablao flamenco, tiene que hacerse cargo de su hermana Isabel y de otros tres más pequeños. A Antonio se le ocurrirá una manera desesperada de prolongar la resistencia en los años más terribles de la represión: utilizar unas multicopistas que nadie sabe poner en marcha para la propaganda clandestina. Y querrá que sea su hermana Manolita, la señorita Conmigo No Contéis, quien visite a un preso que puede darles la clave de su funcionamiento. Manolita no sabe que ese muchacho tímido y sin aparente atractivo va a ser en realidad un hombre determinante en su vida, y querrá visitarlo de nuevo, después de varios periplos, en el destacamento penitenciario de El Valle de los Caídos. Pero antes tiene que saber quién es el delator que merodea por el barrio.
La tres bodas de Manolita es una emotiva historia coral sobre los años de pobreza y desolación en la inmediata posguerra, y un tapiz inolvidable de vidas y destinos, de personajes reales e imaginados. Una novela memorable sobre la red de solidaridad que tejen muchas personas, desde los artistas de un tablao flamenco hasta las mujeres que hacen cola en la cárcel para visitar a los presos, o los antiguos amigos de colegio de su hermano, para proteger a una joven con coraje



Esta novela, debería por sí sola tener una reseña, pero ya lo ha hecho nuestro amigo Juan Pedro Martín Escolar-Noriega, preciosa reseña que os recomiendo de su blog si no lo habéis leído, http://volveremosamacondo.blogspot.es/1395301067/las-tres-bodas-de-manolita/ a mí me ha resultado algo complicada de leer, tiene muchos personajes, como las novelas rusas, y yo estaba un poco lenta esas noches que la leí, pero sobre todo lo que me costaba y volvía a releer varias veces es lo que sienten esos personajes tan magistralmente plasmados por la autora, porque me recordaban a unos hombres que yo conocí, ya abuelos, que me contaban lo que habían pasado “esos años” y como la juventud y en muchos casos la niñez les había sido robada, y las esperanzas de que algo cambiara y pudieran volver a vivir en un País con libertades y pensaba en los muchos que murieron sin verlo, y sobre todo pensaba en el abuelo Joaquín, con los ojos brillantes, llenos de emoción, en el primer mitin socialista en Zaragoza y diciendo que no pensó jamás que llegaría a ver ese momento, por todos ellos, por esa juventud que murió y por los que vivieron y envejecieron viendo que este País no recobraba las libertades perdidas, si no, que cada vez perdía más, por todas las mujeres y los hombres que se convirtieron de pronto en adultos por esa maldita Guerra Civil, y que yo sigo llamando Golpe de Estado a la República.