lunes, 21 de abril de 2014

UNA HISTORIA DE AMOR




Hace tiempo, desde que papá se fue, quería escribir la bella historia de amor que vivieron mis padres, digna de una película romántica pero los que la vivimos, lo sabemos, y muchos la envidiamos, que el amor pueda ser más grande que la cruel enfermedad del Alzheimer.

Cuando mi padre conoció a mi madre, ella no quería ponerse de “novios” pero mi padre, que era primo de los vecinos de ella, fue muy insistente...muy detallista...las hermanas de mi madre siempre le decían: mira que te espera, mira que a venido a verte, mira que es muy bueno, mira que le gustas!!!!

Poco a poco enamoró a mi madre, ella con unos problemas que no le permitían tener hijos, nunca se había planteado casarse, ¿Quién se iba a casar con ella, sabiendo que no podía tener hijos? Entonces las cosas no se hablaban como ahora, pero cuando se iban a hacer novios, ya sabéis que hace una generación las cosas se hacían de otra forma, mi madre les pidió a sus padres que fueran ellos los que se lo dijeran porque ella tenia mucha vergüenza, dicho y hecho, mis abuelos le dijeron: mira Antonio, que nuestra hija no puede tener hijos, y es algo que debes de saber y pensar antes de seguir, y dicen que no lo dudó ni un segundo, les dijo: yo quiero a su hija, a esos posibles hijos, no, porque no los conozco, pero a ella la quiero, la quiero mucho y esto para mi no supone nada, absolutamente nada.

Así fue, pasaron los años de noviazgo, cumplieron las tradiciones que imponía el autoritario padre de mi madre, y cuando se casaron las hermanas mayores, dos, entonces empezaron a preparar su boda. Mi madre me dice muchas veces, que tenía miedo porque lo veía jugar, con sus hermanos pequeños, mi madre tenía 12...y con sus sobrinos y se le caía la baba, porque ha sido siempre muy chiquero, y se preguntaba que si toda una vida sin hijos, sería suficiente el amor...siempre la acompañó esa duda, que no le dijo a mi padre.

Se casaron, fueron muy felices, dicen, mucho, durante cuatro años su felicidad eran ellos, momento que mi padre no trabajaba, salían, siempre juntos de la mano, siempre los recuerdo así, a mi padre le gustaba que mi madre se arreglará y salir. Siempre juntos.

Hasta que un día mi madre le dijo a la suya: mamá creo que estoy embarazada...calla hija, le dijo la abuela, no es posible, nos dijeron que no, te han operado dos veces, es imposible. Pero mañana vamos al médico que la operó y que la visitaba con regularidad.

Confirmado, estaba embarazada, el propio médico dijo que no sabía como se había producido lo que el calificó de milagro!!!! la alegría de mis padres fue inmensa, un hijo!!!! tantas veces querido y añorado pero no tenerlo jamás fue obstáculo para su amor.

Y después de nueve meses, y un parto complicado, mucho, con peligro para mi madre y para mí, porque ese hijo, era yo, nací con una cesaría, entonces aún se tenían a los hijos en casa, pero a mi madre la llevaron al hospital.

Me puedo imaginar su alegría, la de todos!!!!

Y fueron pasando los años, mi padre siempre fue mi mejor amigo, confidente, apoyo, su amor, fue inmenso y no dejó de demostrármelo ni un solo día, como a mi madre.

Nacieron mis hijos, y tuvo amor para todos, tenía tanto para dar, a cada uno nos daba lo nuestro sin pedir nada y sin quitarle nada a nadie. Su familia era y fue siempre su mundo. Nosotros.


Entonces llegó a su vida esa terrible enfermedad llamada Alzheimer...y empezó a olvidar, a cambiar su carácter, poco a poco se iba alejando de todo y de todos, pero siempre estaba sentado al lado de mi madre, de la mano, horas, viendo la tele o mirándola, pero de la mano.

Cuando la enfermedad se hizo más agresiva, mi padre olvidó a mi madre, no la reconocía, la llamaba señora...seguía dándole besos y cogiéndola de la mano, pero no sabía que era la mujer a la que había querido más de cincuenta años.

Hasta que un día se levantó y le pidió matrimonio, así tal cual, le dijo: miré soy viudo y tengo una hija, pero a mi no me reconocía, pero estoy enamorado de usted, y quiero casarme, la quiero, la quiero como no pensé que volvería a querer, la quiero tanto que me duele.

Mi madre no sabía que contestar, me llamó por teléfono nerviosa, y le dije que le dijera que sí, que lo quería y que se iba a casar con él...

Mi padre esos pocos meses, fue el hombre más feliz dentro de sus recuerdos perdidos.

Preparaba la lista de los invitados, casi todos, ya no vivían...

Un día mi madre le dijo que no la llamará señora, que si se acordaba de su nombre, y él con los ojos casi perdidos le dijo: claro que sí, nunca voy a olvidar tu nombre, te llamas María. Mi padre era la única persona que llamaba María a mi madre, todos la llamaban y llaman Marí.

El tiempo pasó, el olvidó la boda, a la señora, a la mujer que había amado, pero ni una sola noche, hasta que se tuvo que salir de casa, durmió sin estar cogido de su mano, durante 54 años, jamás se acostaron enfadados, antes de ir a la cama hablaban y si no, en la cama, de la mano, lo arreglaban.

Por eso quiero creer que el maldito Alzheimer, no pudo con el amor de mis padres. Mi padre se enamoró dos veces de mi madre, cuando era él y cuando no tenía tan apenas recuerdos.

Os quiero por todo lo que me habéis dado y os doy las gracias por haber creado un hogar en el que fui tan feliz!!!!




 
 
 
 
 


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